
Joaquín Sabina en Rosario presentar su último material Lo niego todo que salió a la venta en marzo.
Este disco, fruto de la colaboración artística Leiva y el poeta y novelista español Benjamín Prado, es el primero de estudio desde el lanzamiento de Vinagre y rosas en 2009.
«Hacía mucho que no sentía este entusiasmo», señaló el artista. Y agregó respecto a las nuevas canciones: «No solo no me da vergüenza escucharlas, sino que estoy muy orgulloso de compartirlas»».
Joaquín Sabina en Rosario + tema x tema de Lo niego todo
El corte de difusión, que dio nombre al álbum, está impregnado de nostalgia, con un piano que acentúa esa tristeza. Se van añadiendo arreglos que dan esa impresión de crescendo que aumentan el impacto emocional.
Quién más, quién menos es la canción que abre el álbum con el tono intimista y confesional que impera en el material discográfico. «Mi espada de Damocles era afilada,/ cortaba en dos mitades la madrugada,/ un pie en el tango y otro en el más allá», nos dice.
En este comienzo se nota mucho el gusto «americano» de Leiva, guitarra slide incluida.
En No tan deprisa, en cambio, el ritmo es más vivo, abandona el aire confesional y Leiva toma también un protagonismo especial a través de la producción.
La música no está tanto al servicio de la voz, sino que parece más el trabajo de una banda. Cuenta con cierto swing bluesero, como no podía ser menos en un explícito homenaje a J. J. Cale.
En la letra, se alternan ripios y aciertos: «Cose mi estrella en la bandera del desertor»; «vendo una rima/ cámbiame el clima».
Otra vez el tono crepuscular aparece Postdata pero ahora con música tex-mex y ambiente de verbena popular.
Describe un desamor con esos versos clásicos sabinianos: «De tanto ser felices se me olvidó quererte»; «ni tú eras para tanto ni yo soy para ti»; «cuando te haya olvidado aún te echaré de menos»
Lágrimas de mármol es el segundo single y una magnífica letra crepuscular. La voz llega justa y saca a colación enfermedades pasadas: «Dejé de hacerme selfies al ombligo/ cuando el ictus lanzó su globo sonda».
Es preciso en sus descripciones: «El futuro es cada vez más breve y la resaca más larga».
Deja el último verso, «si me tocó bailar con la más fea,/ viví para cantarlo» como un torero dando un último muletazo.
En Leningrado se recupera al Sabina vividor. Narra una conquista en un lugar tan improbable como la antigua Unión Soviética: «Me doctoré en tus labios de pasión/ en una sórdida pensión de Leningrado».
Quizás sea todo una metáfora: «Porque la revolución/ tenía un talón de Aquiles al portador».
Canción de primavera es un tema menos pop, con la música puesta al servicio del fraseo peculiar de Sabina. Habla del tiempo es de nuevo protagonista, pero vuelve el estereotipo de depredador sexual: «Conseguí llegar a viejo verde mendigando amor/ ¿qué esperabas de un pendejo como yo?»; «si se te olvidan las bragas/ en mis últimos jardines/ te regalo una biznaga de jazmines».
Sin pena ni gloria en música y letra, con versos de nuevo en primera persona, habla de todo y de nada: «Mientras subo del abismo/ mientras el miedo se enfría,/ mientras solo soy yo mismo/ de cara a la galería».
Los aires rockeros vuelven con Las noches de domingo acaban mal, donde el español utiliza el recurso de describir cada día de la semana con el humor que le es característico: «Algunos lunes duran todo el año/ algunos martes soy un animal/ los miércoles son húmedos y extraños/ de algunos jueves es mejor no hablar/ lo viernes dan películas de miedo/ los sábados te vas y yo me quedo…».
¿Qué estoy haciendo aquí? es tal vez la mayor sorpresa por el género escogido para vestir la canción, el reggae. Describe varios personajes urbanos, entre ellos un bróker que «juega al primer toque con el Dow Jones, el Ibex y el Nikkei», y una pareja de relación tóxica: «Encarna y Charly han vuelto a las andadas/ vaciando una botella de coñac./ Se gritan porque ya no hay nada que hablar./ Al alba Encarna llora en la comisaría/ su ojo es una mancha de sandía». Temática dura para esos aires caribeños.
A ritmo de una rumba, Churumbelas que recuerda a 19 días y 500 noches. Nos encontramos con la canción más fresca y divertida: «Yo que espío desde mi ventana/ cada mañana a las sultanas de Lavapiés/ me estoy muriendo de ganas/ de casarme con las tres».
En Por delicadeza Leiva comparte micrófono con Sabina en esta balada que cuenta la típica historia de desamor, sello inconfundible de la casa: «Ayer te quise por amor al arte, hoy por delicadeza». Un final apropiado.
Joaquín Sabina en Rosario + ¿dónde y cuándo?
Se podrán saborear las nuevas canciones del español el 8 de noviembre a las 21 en salón Metropolitano. Las entradas pueden adquirirse a traves de Turbo Entrada y en Sarmiento 777 (de lunes a viernes de 10 a 20 y los sábados de 10 a 14).
A partir de los tres años cumplidos todas las personas pagan entradas.
Precios:
PLATEA VIP $ 3.420,00 + $ 513,00.-
PLATEA VIP LATERAL $ 3.078,00 + $ 462,00.-
PLATEA GOLD $ 2.850,00 + $ 429,00.-
PLATEA GOLD LATERAL $ 2.622,00 + $ 393,00.-
PLATEA CENTRAL $ 2.280,00 + $ 342,00.-
PLATEA LATERAL $ 1.710,00 + $ 258,00.-
GENERAL $ 912,00 + $ 138,00.-
